Se casó muy joven, apenas veinte años.
Luego de la segunda guerra, allá por el año cincuenta, quedó sola con tres hijos a cuestas, uno de apenas un mes, pues su marido se embarcó para la Argentina en busca de la “Tierra Prometida”.
Sola pero con temperamento crió a sus hijos, hasta que en el mes de Abril, apenas pasada la mitad del siglo, llegó con ellos a la Argentina para el reencuentro y la integración de toda la familia.